LA MUJER Y EL FÚTBOL: ALENTADORA DECISIÓN.
La igualdad plena de la mujer es una constante e indeclinable preocupación de las personas sensibles para la consolidación de un mundo liberado definitivamente de la discriminación y de la presunta supremacía del hombre. Es plena porque ninguna actividad, sin excepción, debe ser restrictiva o infravalorada en las compensaciones salariales, eliminando así las ominosas brechas salariales entre mujeres y hombres.
En el deporte se confirma por la Federación de Fútbol de los Estados Unidos, que los salarios para jugadores, mujeres y hombres, serán los mismos, constituyendo sin duda una determinación no limitada a la actividad en el país, sino para todas las competiciones previstas en el calendario mundial. La decisión es justa y concordante con la evolución de la humanidad; eso sí, llama la atención que provenga de un país con una dogmatizada, histórica y recurrentemente cruenta discriminación, lo cual motiva admiración.
El deporte, con esta determinación oficial, que también agrada a Dios pues nos creó a todos iguales en toda la extensión de la semántica, puede convertirse en el vórtice necesario y desencadenante para que en todo el mundo los deportistas, sin discriminación de género, reciban la misma remuneración por sus performances y destrezas deportivas.
Los habitantes que han superado las discriminaciones y practican con total convencimiento la igualdad, consideran a la mujer como el ser más importante de la Creación; ahora, con esta medida sentimos las brisas alentadoras de vientos de igualdad en el deporte, que es la actividad que registra el mayor interés mediático.
Tenemos fe que esta determinación de la nación más poderosa del mundo generara una profunda reflexión en las demás actividades, en las cuales la mujer no es tratada con igualdad.
Después de este alentador avance continua en las conciencias equilibradas y justas, la lacerante preocupación, sin solución de continuidad todavía, sobre la interrogante ¿Cómo podemos vivir en un mundo maravilloso por su Naturaleza y, sin embargo, habiendo sido creados mujer y hombre de la misma manera, no logramos la igualdad plena de la mujer? Naturalmente es una aberración sociológica y biológica, que solo puede extirparse con educación y comprensión de la realidad incontrovertible que no habrá paz social mientras se siga discriminando e infravalorando a la mujer y, peor, la humanidad no ascenderá a un nivel de aproximación a la justicia divina si no soluciona definitivamente, como tema de tratamiento diario y para tiempos futuros imprevisibles, la igualdad plena de la mujer.
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Dr. Raúl Pino-Ichazo Terrazas es abogado, posgrados en Filosofia y Ciencia Política, Interculturalidad y Educación Superior. Alta Gerencia para abogados, Derecho Aeronáutico, Arbitraje y Conciliacion, Docencia en Educación Superior, doctor honoris causa en Humanidades.